¿Está el Destino Predeterminado?

¿Está Escrito Nuestro Camino Desde que Venimos a Este Mundo?

Con frecuencia recurrimos al Tarot, a la quiromancia o a la borra del café, sólo para citar algunos ejemplos, para saber todo acerca de nuestro futuro. Damos por sentado que en el cielo hay un libro escrito con todo lo que nos sucederá, momento a momento, y que nosotros sólo tenemos dos opciones: informarnos y estar prevenidos o permanecer ignorantes, pero sabiendo que nada podemos hacer para modificar lo que viene escrito desde antes de que naciéramos.

Sin embargo, hay una pregunta ineludible que debemos hacernos y esta es ¿está realmente escrito nuestro destino? La respuesta no parece ser tan fácil como un sí o un no.

El Destino

¿Qué es el destino? ¿Cuándo se forma? ¿Quién lo determina? ¿Realmente somos sólo espectadores de nuestra vida?

El destino es una energía que se va formando a cada momento de nuestra vida. Comienza a gestarse en vidas anteriores, generando lo que conocemos como karma y dharma, es decir, energías en contra y a favor nuestro. Si pertenecemos a una religión, este destino lo determina el dios que cada religión adore, mientras que si tenemos una visión más holística o panteísta, la creencia es que el destino es una energía que, como una esfera, se retroalimenta con nuestras acciones; nos da lo que recibe, tal como un espejo.

Creer que el destino está escrito es una forma muy cómoda de no hacernos cargo de nuestra vida y pensar que, independientemente de las decisiones que tomemos, ocurrirá lo que tenga que ocurrir.

Por otro lado, creer que todo es producto del azar, también es una forma irresponsable de vivir, ya que no tendremos una escala de valores a la cual asirnos.

¿Cual es, entonces, el rol del destino en nuestra vida?

Nuestras Decisiones Forman Nuestro Destino

Vivir de una forma sensata es concebir al destino en una forma binómica e inseparable de nuestras decisiones. Pongamos un ejemplo práctico: hoy recibo una agresión, ante la cual tengo tres grandes caminos a seguir:

  1. agredo en respuesta
  2. me reservo la venganza para más adelante
  3. la neutralizo y me olvido de ella

Las dos primeras opciones generan karma negativo en mí y liberan de karma a mi agresor, ya que no tendrá que esperar a la próxima vida para recibir su castigo, ya sea de mi parte o por parte de otra persona.

Sin embargo, la tercera opción me libera del karma a mí, generándome dharma, es decir energía positiva a mi favor, pero generan karma en mi agresor.

Como podemos ver, un simple insulto desencadena una serie de hechos que sucederán tanto de forma inmediata o dentro de unos cientos de años, en una próxima reencarnación. Lo único cierto que podemos deducir de todo esto es que no hay destino escrito, sino que venimos a esta vida con cuentas a favor y con otras en contra, pero está en nosotros saldarlas o empeorar la situación.

Nuestro destino particular y detallado lo forjamos nosotros, nadie más.

El Rol de las Mancias y la Astrología en el Destino

Puede que te preguntes para qué recurrir a métodos adivinatorios si el futuro no está escrito y la respuesta a esto sí es sencilla:

Tanto las mancias como la astrología nos pueden brindar un panorama general acerca de lo que es posible y probable que nos suceda, con lo que nos están advirtiendo acerca de los peligros que nos acechan y de las oportunidades que se nos presentarán por única vez en la vida. No obstante, la decisión final es nuestra y si decidimos no ser infieles con esa persona que tanto nos atrae o poner un punto final a una relación que puede llegar a llevarnos a la locura, es única e irreversiblemente nuestra decisión.