El fuego es el signo más potente de todo el zodiaco. Es el que marca el ritmo de los otros que lo acompañan y el responsable de tomar las decisiones espontáneas. Quienes han nacido regidos por él, son perseguidos por el éxito y por la buena fortuna durante toda su vida. Sin embargo, tendrán que aprender a controlar sus impulsos. De lo contrario, pueden terminar siendo víctimas de su propio poder.
Te invitamos a conocer la trilogía de fuego: ellos son Aries, Leo y Sagitario.
Aries, Leo y Sagitario – los signos de fuego
Aries: es su inquietud y su impulso lo que marcan la impronta de este signo. No sabe quedarse en donde está, sino que necesita proyectarse hacia su próximo paso a dar. Tiene la mente llena de planes y el cuerpo siempre bien entrenado para ir en busca de esos resultados que procura.
Leo: el liderazgo natural es el que le abre todas las puertas a este nativo. Nadie le niega nada a un Leo ni actúa de forma reticente ante él. Sabe imponer respeto e infundir esa pequeña cuota de temor que tan necesaria es para plantarse de forma segura en la vida.
Sagiario: la velocidad mental y su arsenal de conocimientos lo convierten en un nativo invencible en todos los aspectos. Sagitario impone su voluntad, pero su gran ventaja es que no es autoritario, sino que se centra en repeler todo intento de control y dominio hacia su persona. Sabe muchas cosas y tiene el sentido común necesario para intuir las que aun ignora.
Personalidad de los signos de fuego
Avasallantes: arremeten con toda su fuerza mental para hacerse de un lugar en el mundo. A su paso, las personas se hacen a un lado para cederles el paso y hasta para dejar que ocupen su lugar. Cuando un signo de fuego irrumpe en la vida de alguien, ya nada volverá a ser igual.
Seguros de sí mismos: podrán dudar del origen de la vida y de la verdadera naturaleza del comportamiento humano, pero nunca de sus propias capacidades o de su alcance. Saben que tienen en su poder de transformar el mundo que los rodea.
Impulsivos: son nativos caracterizados por su capacidad para actuar y para hacerlo de forma inmediata. Mientras otros se sientan a cavilar y a evaluar sus opciones, los signos de fuego ponen en práctica todo aquello que sienten que será beneficioso para ellos; eso sí, solo para ellos.
Pasionales: no hay medias tintas con un signo de fuego. Se abocan a todo o nada. Cuando una actividad les interesa, la convierten en su vocación y de inmediato en su modo de vida. Del mismo modo ocurre en el amor. Por eso es que son nativos con unos cuántos matrimonios en su haber.
Fogosos: aman con una pasión tal que consumen a su amante. Lamentablemente, muchas veces terminan agotando al mismo amor antes de que este madure. Por ello es que viven tórridas pasiones que muchas veces no terminan bien o se extinguen demasiado pronto, al menos para ellos. Lo que debemos reconocerles, es que son amantes fantásticos, creativos y muy entregados.